Ferrovial La ingeniería civil como arte: creatividad e innovación

El origen subterráneo de una gran ciudad

Bilbao, España

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Bilbao es una ciudad grande y a la vez pequeña, abierta al mundo y conectada, pero sin perder de vista sus raíces. Y su red de metro es, quizá, quien mejor personaliza todos esos atributos.

Se extiende a lo largo de casi 50 kilómetros, a ambos márgenes de la ría del Nervión, cubriendo el llamado Gran Bilbao y dando servicio a más de un millón de personas. Al mismo tiempo, todo pasa por un lugar antiguo situado en el centro de las Siete Calles, el núcleo originario de la ciudad.

Por el moderno edificio de la Estación de Zazpikaleak, en el casco antiguo de Bilbao, pasan las líneas 1, 2 y 3 y la red de ferrocarriles vascos. A pesar de ser una instalación reciente (construida por Ferrovial Construcción), sus cimientos se hunden en el lugar donde se construyó, a principios del siglo XX, la estación de Bilbao-Aduana, cabecera de la creciente red ferroviaria de aquellos años.

El transporte bajo tierra llegó mucho después. La línea 3, la última en ser construida, se inauguró en 2017 tras ocho años de obras, la mayor parte de las cuales fueron desarrolladas por Ferrovial. Entre la estación de Kukugalla, al este de la ciudad, y la Ola, al norte, se extienden 12 kilómetros de túneles y vías a cielo abierto. En el medio de las ocho estaciones que forman la línea, la de Zazpikaleak.

La primera vez que alguien pensó en construir un metro en Bilbao corría el año 1920. La estación del casco histórico era todavía un edificio nuevo. Sin embargo, el proyecto se retrasó durante décadas y no fue hasta el final del segundo milenio que se inauguró la primera línea. Desde entonces, su crecimiento ha sido exponencial, y los planes de ampliación se acumulan en el futuro.

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