Ferrovial La ingeniería civil como arte: creatividad e innovación

Trece puentes y una pieza única

Bilbao, España

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Una sola pieza, limpia, adornada con dos arcos sencillos, posada sobre los márgenes de un río que se vuelve ría cuando ya está a punto de tocar el mar.

Una maniobra compleja de ingeniería para resolver un proceso de meses en unas pocas horas. Un nuevo puente, y ya van 14, sobre el río Nervión. Una segunda conexión de la isla de Zorrozaurre con la ciudad que la rodea, Bilbao, a través del canal de Deusto.

El llamado Puente de San Ignacio, colocado en abril de 2020 sobre la ría de Bilbao, es un viaducto de una sola piza, sin juntas de dilatación. Su estructura de acero al carbono y hormigón transmite ligereza, pero es robusta. Su tablero, de 28 metros de ancho, está flanqueado por dos arcos simétricos que se elevan 34 metros en la parte central. En su conjunto, el puente salva una luz de 75 metros sin más apoyos que las orillas.

El canal de Deusto, construido como ramificación del Nervión cuando la vida en Bilbao giraba alrededor de su puerto, tiene 111 metros de anchura en el punto en el que cruza el nuevo viaducto. La distancia se reduce, sin embargo, tras la construcción de un estribo en la isla de Zorrozaurre, en el margen izquierdo del canal. El estribo, un recinto estanco de tablestacas de 24 metros de longitud, hace que el puente encaje, de una sola pieza, en el entorno.

Para cuando el puente esté plenamente operativo, tendrá dos aceras peatonales en sus márgenes, dos carriles para transporte público y dos carriles para el resto del tráfico, en el que coches, motos y bicicletas compartirán el espacio en una zona de velocidad reducida. Por ahora, sin embargo, se utilizará solo para el paso de los camiones que trabajan en las obras de urbanización de Zorrozaurre.

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