Ferrovial Creación en Movimiento, de José Manuel Ballester

La semilla de la gran conexión del Cantábrico

Bilbao, España

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Las primeras imágenes que cuentan la historia de la autopista todavía eran en blanco y negro. Pero los puentes y túneles de la autopista entre Bilbao y Behobia han aguantado bien la llegada del color.

Construida en los años 70 del siglo XX, la actual AP-8 marcó un hito en la ingeniería civil española y significó un antes y un después en la historia de Ferrovial, que acometía por primera vez un proyecto de construcción de una infraestructura de transporte de esas dimensiones.

La autopista entre Bilbao, uno de los grandes polos industriales de España, y Behobia, en Irún, significó también la apertura de la primera gran conexión terrestre de la península Ibérica con Francia, contemporánea a la inauguración de la conexión por el Mediterráneo desde Barcelona a La Junquera. Los más de 100 kilómetros de la autopista construidos en los años 70 supusieron un salto hacia adelante del País Vasco y buena parte del norte de España.

Para hacer realidad la obra, fue necesario excavar más de 25 millones de metros cúbicos de tierra y rocas, usar más de medio millón de metros cúbicos de hormigón y otras tantas toneladas de aglomerado asfáltico. Además, se construyeron un total de tres puentes y 23 viaductos, para lo cual se levantaron instalaciones en las que elaborar los pilotes y las vigas, cerca de las obras. Para todo ello, se emplearon técnicas y tecnologías que, en aquellos años, no eran nada habituales.

Hoy, la autopista entre Irún y Bilbao ha extendido sus límites más allá del País Vasco y forma parte de la autovía del Cantábrico, una vía que conecta toda la costa norte de España desde Lugo hasta la frontera con Francia.  

Autopista Bilbao - Behovia (España)

Autopista Bilbao – Behovia (España)

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