La construcción de la autopista del Cacao, entre Bucaramanga y Barrancamerja, en el departamento colombiano de Santander, ha posibilitado que el programa Infraestructuras Sociales facilite agua limpia a los más de 2.800 habitantes de estas comunidades. Sus números ya no engrosarán las duras cifras que señalan que 2.100 millones de personas en el mundo carecen de agua para consumo.

La construcción de pequeñas depuradoras y viaductos para mejorar el acceso al agua potable no ha sido la única actuación dentro del proyecto. La autopista Ruta del Cacao ha llevado a cabo otras actuaciones. Al tiempo que la línea de asfalto avanza sobre las húmedas laderas que llevan hasta el Magdalena, se ha construido una nueva escuela para los 30 niños de El Tapazón, en el municipio de Betulia. Y se han protegido árboles de abarco, guayacán, gualanday, cedro, samán y nauno.
Además, se han desarrollado talleres de cultura vial, actividades de formación en las comunidades, jornadas lúdicas en las escuelas y talleres de protección de fauna y flora en centros educativos. Mientras tanto, la Ruta del Cacao sigue su curso, y el río Suárez sigue completando su camino hacia el norte.