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¿Qué es una acera de hormigón?

Las aceras de hormigón son superficies fabricadas principalmente con cemento, arena y gravas que proporcionan un camino peatonal al borde de calles, carreteras y áreas urbanas. El hormigón ofrece versatilidad, maleabilidad, bajo costo, rapidez en el fraguado y resistencia a los elementos; esto hace que sea el material predilecto para la construcción de aceras.

¿Cómo se construye una acera de hormigón?

El proceso de pavimentado con hormigón puede tener variaciones, aunque, por lo general, cuando se trata de la construcción de aceras con este material, el procedimiento suele ser el siguiente:

Luego de hacer la planificación y gestión de permisos, se prepara el terreno, se aplana y se retiran los obstáculos como piedras u otros materiales removibles que puedan entorpecer el trabajo. 

Posteriormente, se mide la altura y el ancho que tendrá la acera y se hace el trazado, clavando estacas a las que se les atan líneas de guía. Normalmente, la guía que va pegada a la calzada vehicular suele tener una altura ligeramente inferior que su contraparte para asegurar una inclinación imperceptible para el peatón, pero suficiente para promover que corra el agua hacia los sumideros cuando llueve.

El siguiente paso suele ser la colocación de los bordillos, cimbras y armazones que servirán para hacer el encofrado del hormigón.

A continuación, se suele extender una capa de base granular, que puede estar compuesta de arena o grava. La base ayuda a proporcionar estabilidad y drenaje adecuado para la acera. En esta etapa, también es posible colocar una malla soldada para armaduras de hormigón armado, lo que le brindará mayor resistencia a la mezcla. Es importante que, al momento del vertido del hormigón, la malla no se vaya al fondo y quede en contacto con el suelo, puesto que esto puede hacer que se deteriore por efecto de la humedad del suelo.

Una vez preparado el terreno y el encofrado, se vierte y extiende uniformemente el hormigón. Seguidamente, se usan reglas y llanas para nivelar y alisar la superficie. Luego, se marcan las juntas de expansión que permitirán que el hormigón se dilate y contraiga libremente en respuesta a los cambios de temperatura. Así se evitará que la acera se agriete. También, en este punto, se puede usar algún utensilio sobre toda la superficie, aún fresca, para rayarla y otorgarle una textura menos resbaladiza.

Cuando el concreto ha alcanzado una cierta resistencia, se cortan las juntas de expansión usando una sierra para concreto.

Finalmente, el hormigón debe terminar de curarse hasta alcanzar su máxima dureza.

El procedimiento antes referido contempla la construcción de aceras con acabado enteramente de hormigón. Sin embargo, este material también suele usarse para construir aceras con otras cubiertas, como los adoquines. De igual modo, las aceras de hormigón pueden poseer en ciertas áreas baldosas podotáctiles para personas con dificultades visuales u ornamentos, texturas o colores acordes a la necesidad del proyecto en el que se encuentran.

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