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¿Qué es el aislamiento?

El aislamiento es el conjunto de materiales, técnicas, tecnologías y estructuras que impiden la transmisión de calor, electricidad, sonido o luz. Se utiliza tanto en materiales (como, por ejemplo, cables), como en elementos de un edificio (por ejemplo, en ventanas) o incluso en enteras construcciones.
Los elementos aislantes pueden tener distintas propiedades, pero el principal requisito es que sean capaces de interrumpir la transmisión de energía.

¿Qué tipos de aislantes existen?

  • Aislantes eléctricos: son materiales con alta resistividad que se utilizan para evitar la transmisión eléctrica, separando así distintas partes conductoras y protegiendo a las personas de la transmisión de corriente.

    Estos materiales aislantes pueden ser: papel, madera, vidrio, cerámica, goma y plástico.

    Se utilizan principalmente para aislar cables y otros elementos eléctricos, evitando que se produzcan cortocircuitos y descargas eléctricas, reduciendo la incidencia de riesgos.
  • Aislantes térmicos: impiden la transmisión de calor.

    Algunos aislantes térmicos pueden ser: algodón, aluminio, paja, celulosa o corcho.

    Se utilizan para mejorar la eficiencia energética de edificios, protegiéndolos de las temperaturas del exterior y reduciendo la necesidad de climatización, pero también son indispensables en la industria y para el funcionamiento de calderas, celdas frigoríficas, etc. Los aislamientos térmicos son clave en la reducción de emisiones de CO2.
  • Aislantes acústicos: disminuyen la transmisión de sonidos y también evitan la reflexión del ruido, es decir, que las ondas sonoras impacten contra superficies que las amplifiquen.

    Existen materiales específicamente diseñados para este tipo de aislamiento (como la espuma acústica) o muy utilizados en el diseño de sistemas de aislamiento acústico (como las lanas minerales), pero, a diferencia de otros aislamientos, en el aislamiento acústico no son importantes solo los materiales, sino también la combinación y disposición de ellos. Esto se debe a que los materiales tienen distintas frecuencias de resonancia, de manera que absorben distintas longitudes de onda, y también a que la dirección de impacto de la onda varía la capacidad de aislamiento.

    Los aislantes acústicos son importantes para mitigar la contaminación acústica gracias al aislamiento de elementos generadores de ruido, como los motores (de vehículos, maquinarias, etc.) o los lugares de ocio nocturno. También se utilizan para aumentar el confort de las personas, por ejemplo: con los aislantes acústicos de ventanas y paredes en edificios de viviendas u oficinas.
  • Aislantes lumínicos: filtran el paso de la luz y son importantes para evitar que cualquier fuente lumínica afecte las actividades a las cuales está destinado un espacio (por ejemplo, una habitación en las horas de sueño), pero especialmente para evitar que la luz solar repercuta de forma negativa en la temperatura y climatización de un lugar.

    El aislamiento lumínico puede ser tan sencillo y doméstico como una cortina, persiana o estor. También puede lograrse técnicamente con cristales cuya formulación o recubrimiento aíslen la luz y la temperatura. El aislamiento puede completarse gracias la robótica y la inteligencia artificial, que cada vez controlan más funciones (como abrir y cerrar las persianas a determinadas horas según el momento del año) para hacer hogares, oficinas y enteras ciudades inteligentes y más eficientes energéticamente.

¿Cuál es el panorama actual de los sistemas de aislamiento en relación con la eficiencia energética?

Crear un buen sistema de aislamiento de un edificio es tan importante como un consumo consciente de energía, ya que al instalarlos se evitan las fugas de energía. Los sistemas de poliuretano se presentan actualmente como la opción más viable hacia la sostenibilidad gracias a su impacto positivo a nivel medioambiental.

El poliuretano es un material plástico muy versátil que se usa como aislante térmico en construcciones y rehabilitación de edificios; su variante más común es la espuma rígida. Se trata de un producto resistente, con bajo nivel de conductividad, eficiente, con alto rendimiento y poca transferencia de calor.

El uso del poliuretano como aislante compensa las emisiones que genera en su producción: para obtener 1 m2 de poliuretano, se producen 14 kg de CO2; no obstante, usando 1 m2 de este material para crear sistemas de aislamiento, se reducen más de 1 kg de emisiones de CO2.

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