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¿Qué es la alta tensión eléctrica?

La tensión eléctrica es la diferencia de potencia que existe entre un punto de origen y otro de destino dentro del flujo y tránsito de la electricidad. También se le conoce como diferencia de potencial o voltaje.

Dentro de los sistemas eléctricos, se entiende por alta tensión a aquella que supera los 36 kilovatios (kV). Se utiliza para transportar la electricidad a grandes distancias, normalmente desde las centrales eléctricas, donde se genera, hasta las subestaciones de los centros de consumo final.

La utilización de alta tensión evita las pérdidas de energía en el sistema de distribución eléctrica. Una vez llegada a destino, la energía se transforma para obtener tensiones medias y bajas, según se requiera.

¿Cuál es la diferencia entre alta, media y baja tensión?

La electricidad que cualquier persona utiliza a diario, ha atravesado todas las fases de alta, media y baja tensión, desde su generación hasta su consumo. De acuerdo con el voltaje y función principal, la tensión eléctrica puede ser:

  • Alta: es la que se emplea para transportar electricidad desde las centrales de generación hacia los puntos de consumo y es superior a 36 kV.
  • Media: se emplea para transportar la electricidad desde las subestaciones hasta las centrales transformadoras que están próximas a los centros de consumo, y están comprendidas entre 1 y 36 kV.
  • Baja: se utiliza para el consumo eléctrico en los hogares. El número de kV varía según continente, pues en Europa es de 230 voltios, mientras que en América se utilizan entre 100 y 127 voltios.

¿Qué tipos de alta tensión eléctrica se utilizan?

Las categorías de alta tensión están reguladas por cada país. Según las necesidades y criterios de cada territorio, se especifican las condiciones técnicas, pautas y garantías de seguridad e instrucciones complementarias para la instalación y uso de las líneas eléctricas.

Los países europeos tienen regulaciones similares. A modo de ejemplo, en España se distinguen cuatro tipos de líneas de alta tensión:

  1. Categoría especial: cuando la tensión nominal es igual o superior a 220 kV. También se habla de tensiones normalizadas cuando están entre 220 y 240 kV. Su uso más común es para transporte a grandes distancias.
  2. Primera categoría: su tensión nominal es superior a los 66 kV e inferior a los 220 kV, con tensiones normalizadas de entre 110, 132 y 150 Kv. Su uso más frecuente es de transporte y distribución.
  3. Segunda categoría: su tensión nominal es superior a 30 kV e igual o inferior a 66 kV, con tensiones normalizadas entre 45 y 66 kV. Su uso más frecuente es de distribución.
  4. Tercera categoría: llega a considerarse cercana a media tensión, cuya tensión es superior a 1 kV e igual o inferior a 30 kV. Su uso más frecuente es para la generación y distribución a industrias y terciarios.

¿Cómo manipular la alta tensión de forma segura?

Toda instalación eléctrica de alta tensión requiere de control eléctrico y mantenimiento constante que permita evaluar su funcionamiento y desarrollo óptimo. Como se trata de una energía que soporta voltajes muy altos, solo puede ser manipulada por personal capacitado y autorizado para hacerlo.

La alta tensión eléctrica está concentrada en grandes centrales en las que se manipula y modifica a través de transformadores. Sigue un proceso de mantenimiento predictivo, preventivo y correctivo para que no existan fallos negativos en las instalaciones o cualquier otro tipo de riesgo a la integridad.

Además, los elementos de alta tensión están pensados para mantener seguro tanto al personal como a las instalaciones. Ellos son:

  • Torres de alta tensión: cuya gran estructura transmite la corriente de un punto a otro de manera segura.
  • Cables de alta tensión: con un aislamiento resistente y específico para la alta tensión, ubicado en redes subterráneas.
  • Transformador: dispositivos que transforman el voltaje con aislamiento eléctrico y mecanismos potentes de control para evitar fallos de seguridad.
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